Un fósforo, también denominado cerilla, es un utensilio fungible, consistente en una varilla en uno de cuyos extremos (la cabeza de la cerilla) hay una gota de fósforo, que se enciende si se frota contra una superficie, como por ejemplo una lija.
Es desaconsejable encenderlo cuando hay mucho combustible cerca, ya que puede producirse un incendio o una explosión. Y puede, llegado el caso, extenderse el incendio a lugares no deseados e imprevistos.
También es desaconsejable asesorar al propietario de los fósforos que lo encienda cuando existen posibilidades de que el fuego se expanda. Ya que puede tener consecuencias impensadas para quien los utiliza. Suele suceder que el asesor se vaya y deje las manos de quien lo enciende chamuscadas.
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