Qué cagada, no?
Porque los que nos hacen reir nos hacen sentir mejores personas.
Lo ví una sola vez en mi vida.
En el Morumbí, en San Pablo, en la final de América, mezclados en la tribuna que nos dieron para la alegría mas grande que vivimos.
Nos dimos un abrazo de hinchas fanáticos, junto con otros desaforados bailamos y gritamos.
Llorábamos de alegría.
Quizás el mejor homenaje sea rever en youtube los momentos en que nosotros también nos reíamos mientras decíamos "que enano hijo de puta!!!". Y reirnos también.
1 comentario:
Hermoso recuerdo para un grande de verdad. Gracias Ale
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