10 de julio de 2008

Poemita del lunes, el jueves.

Receta de mujer
Vinicius de Moraes

Las muy feas que me perdonen
Mas la belleza es fundamental.
Es preciso que haya en todo ese algo de flor
Algo de baile, algo de haute couture en todo eso
(o si no que la mujer se socialice elegantemente en azul como en la República Popular China).
No hay término medio posible.
Es preciso que todo eso sea bello.
Es preciso que de pronto se tenga la impresión de ver una garza apenas posada
y que un rostro de vez en cuando adquiera ese color único del tercer minuto de la aurora.
Es preciso que todo eso sea sin ser,
pero que se refleje y florezca en el mirar del hombre.
Es preciso, es absolutamente preciso que sea todo bello e inesperado.
Es preciso que unos párpados cerrados recuerden un verso de Eluard
y que en unos brazos se acaricie algo más allá de la carne:
que se los toque como el ámbar de una tarde.

Ah, déjenme decir que es preciso
que la mujer que está allí como la corola ante el pájaro sea bella
o tenga por lo menos un rostro que recuerde un templo
y sea leve como un resto de nube:
mas que sea una nube con ojos y nalgas.
Lo de las nalgas es importantísimo.
De los ojos, entonces ni decirlo: que miren con cierta maldad inocente.
Una boca Fresca (nunca húmeda) es también de extrema pertinencia.
Es preciso que las extremidades sean flacas;
que unos huesos sobresalgan,
especialmente la rótula en el cruzar de piernas, y las puntas pélvicas.
Cuando se enlaza una cintura ondeante.
Gravísimo es sin embargo el problema de los huesos claviculares:
una mujer sin ellos es como un río sin puentes,
indispensable que haya una hipótesis de barriguita,
y en seguida la mujer se alce en cáliz,
y que sus senos sean una expresión greco romana, más que gótica o barroca
Y puedan ilumniar la oscuridad con una potencia mínima de 5 bujías.

Es muy menester que calavera y columna vertebral casi se muestren;
y que exista un gran latifundio dorsal!
Que los miembros terminen como tallos,
y bien haya un cierto volumen de muslos
Y que sean lisos, lisos como pétalo y cubiertos de suavísima pelusa
Sensibles, sin embargo, a la caricia o contrapelo,
Es aconsejable en la axila una dulce gramilla con aroma propio
Casi imperceptible (un mínimo de productos farmacéuticos!)
Preferibles sin duda los pescuezos largos
De modo que la cabeza dé a veces la impresión de ser ajena al cuerpo,
y la mujer no recuerde flores sin misterio.
Pies y manos deben contener elementos góticos discretos.
La piel debe ser fresca en las manos, brazos, dorso y rostro
Pero que las concavidades y los huecos tengan
una temperatura nunca inferior a los 37 grados,
pudiendo eventualmente provocar quemaduras de primer grado.
Los ojos, que sean de preferencia grandes
y su rotación al menos tan lenta como la de la tierra;
y que estén siempre más allá
de un invisible muro de pasión que es preciso traspasar.
Que la mujer sea en principio alta.
O, si baja, que tenga la actitud mental de las altas cumbres.
Ah, que la mujer dé siempre la impresión de que,
si cerráramos los ojos al abrirlos ella ya no estaría presente
con su sonrisa y sus enredos.
Que ella surja, no que venga;
que parta, no que se vaya
Y que posea una cierta capacidad de enmudecer súbitamente
y hacernos beber la hiel de la duda.

Oh, sobre todo que no pierda nunca,
no importa en qué mundo, no importa en qué circunstancias,
su infinita volubilidad de pájaro;
y que acariciada en el fondo de sí misma se transforma en fiera
sin perder su gracia de ave; y que exhale siempre
el perfume imposible;
y destile siempre la embriagadora miel;
y cante siempre el inaudible canto de su combustión;
y no deje de ser nunca la eterna bailarina de lo efímero;
y en su incalculable imperfección constituya
la cosa más bella y más perfecta de toda la creación innumerable.

8 comentarios:

Oscar dijo...

Valía la pena esperar tres días...
Qué genio era este viejo, por Dios. Viejo de siempre, aún de antes de serlo. Unico tipo en el mundo que para cantar se ponía adelante un escritorio. Y que mientras bajaba el farol de whisky de adelante, iba inundando de poesía el local, el barrio, la ciudad y las vidas de los que estaban cerca.
Excelente elección, como suelen ser las suyas...

Chúcaro dijo...

Gracias mi amigo!!!!
Eso de... "Que ella surja, no que venga; que parta, no que se vaya"
Me copó...
Ve que los borrachos somos buenos?

Chúcaro dijo...

Otro si digo:
No te parece, Oscar, que hoy es como un lunes?
Esta semana tiene dos lunes y dos viernes!!!

Anónimo dijo...

"Y que posea una cierta capacidad de enmudecer subitamente y hacernos beber la hiel de la duda."

Y no es nada sencillo poseer esta capacidad, como tampoco es sencillo conseguir el perfume imposible.
Ahora bien, la mujer asi descripta, es tan concreta y tangible como un sueño.
No hay nada que seduzca tanto como lo imposible. No hay "amor de la vida" que no se haya perdido o jamas realizado...

Chúcaro dijo...

Así ha de ser, anónimo (o anónima?) tan concreta y tangible como un sueño.

"Ah, que la mujer dé siempre la impresión de que,
si cerráramos los ojos al abrirlos ella ya no estaría presente
con su sonrisa y sus enredos."
guau

Anónimo dijo...

Ale Sweet (de Flores Norte)
Ufa!! no le pego ni a una condición!!
En fin... besos igual!!!

Chúcaro dijo...

Quizás tenga todas, Ale, pero no las descubrió aún!

Anónimo dijo...

No me digan que este Señor no es un verdadero seductor!!! Su cintura, su conocimiento sobre lo que una mujer necesita escuchar... Es un modelo a seguir, muchachos!