Hace 25 años votábamos.
Después de demasiados años de urnas bien guardadas. No es poco.
Un recuerdo:
En aquellos años, uno era pendejo (todavía)
Nos peleábamos por ser fiscales del peronismo.
Militábamos pintando paredes, participando de actos, cantando la marcha y aquel glorioso "se va a acabar", discutiendo política hasta en los velorios.
No me gustaba Alfonsín. No creía -ni creo- que sólo con la democracia "se come, se cura y se educa". Quedó demostrado que teníamos razón, que hacía falta algo más que eso.
Casi con un candor adolescente, creíamos que el poder oligárquico se caía solo con votar.
No fué asi.
Sin embargo, tanto tiempo después, es de buen criollo reconocer que le debemos a la democracia que el pueblo le arrebató a los milicos la alegría de recuperar el voto popular. Y tambien es bueno reconocer y homenajear al primero, a Raul Alfonsín.
Seguro que el voto no alcanza, pero es un paso magnífico para llegar a las consigas que en ese día de 1983 me hicieron, como hoy, emocionar.
1 comentario:
Hola Chúcaro, te echábamos de menos, es maravillosa la democracia donde se puede votar y decidir (aunque nos equivoquemos y luego tengamos que rectificar). Un pueblo que vota es un pueblo sabio. No me extraña que lo quieras celebrar.
Publicar un comentario